Universidad
Alfonso Reyes
Preparatoria
General
Materia:
Historia de nuestro tiempo
Maestra: Sanjuana Alicia Obregón
Jasso
Tema:
Violencia Escolar
Grupo:
5°B
Matricula:
L-10607
Nombre:
Guillermo Raúl Segovia Rdz
Guadalupe,
N.L. 31 enero del 2013
VIOLENCIA
ESCOLAR
Concepto de Violencia. La violencia es hoy un componente cotidiano en nuestras vidas. Es una manifestación que ocurre en todos los niveles sociales,
económicos y culturales. Esta se ha puesto de manifiesto también en las
instituciones. Dicha violencia fue ocultada, negada y silenciada durante muchos
años por educadores y autoridades, pero evitar y suprimir esos actos violentos
no ha hecho más que empeorarlos. Debemos enfrentarnos a esta problemática que
aumenta día a día. Enfrentarlos significa reconocerla, analizarla y actuar
sobre ella, esta es una manera de trabajar en prevención. El problema debe ser
tomado sin dramatismo, pero con firmeza y en toda su magnitud. Debemos evitar
el miedo y la angustia que la violencia produce para no caer en la impotencia y
actuar desde una postura reflexiva que nos permita encarar abordajes acordes a
su complejidad. Pensar en la violencia en la escuela obliga a definir sus
causas, límites y direcciones. Alcira Orsini, coordinadora general de
Orientación y Salud Escolar y del Programa por la No Violencia en la Escuelas
de la Ciudad de Buenos Aires, caracterizó a la violencia en la escuela a partir
de una investigación realizada en el ámbito del CONICET, donde se definen como
violentas las "situaciones, hechos o personas que expresan conductas
consideradas como impertinencias , manifestaciones de burlas lenguaje obsceno,
violación marcada de los códigos de vestimenta, peleas serias entre personas o
grupos, actos de vandalismo que impliquen destrucción o daño de elementos de la
institución por robo.
La sociedad en la que vivimos rezuma violencia y
agresividad, que impregna todos los ambientes en que se mueven nuestros niños y
adolescentes, que se ven afectados —especialmente los adolescentes— por ella.
Hay una serie muy numerosa de factores y causas condicionantes de las conductas
violentas en la escuela y fuera de ella (Informe del Defensor del Pueblo, 2000)
(Ortega Ruiz y Mora Merchán, 2000) (Debardieux y Blaya, 2001) (Etxeberría, en
prensa). De un lado, la agresividad puede ser la expresión de factores
relativamente independientes de la escuela, como los problemas personales, los
trastornos de relación, la influencia del grupo de amigos o la familia. De
otro, podemos decir que la conducta agresiva de los niños está condicionada por
la estructura escolar y sus métodos pedagógicos, así como por todo un conjunto de
factores políticos, económicos y sociales. En la mayor parte de los casos,
intervienen todos o varios de estos factores, pues las interacciones y las
relaciones interpersonales sólo pueden entenderse contemplando de una forma
global las condiciones sociales e institucionales en que se producen, siendo
por otra parte las personas quienes intervienen con sus interaccciones en la
configuración de los sistemas e instituciones sociales. En definitiva, existe
un estrecho lazo entre problemas sociales, familiares, escolares y personales
en el origen de la violencia escolar.
Existen una serie de factores personales que
juegan un papel importante en la conducta agresiva de los niños (Rodríguez
Sacristán, 1995) (Train, 2001). Así, hay ciertas patologías infantiles que
pueden estar relacionadas con la agresividad: niños con dificultades para el
autocontrol, con baja tolerancia a la frustración, trastorno por déficit de
atención e hiperactividad (TDAH), toxicomanías, problemas de autoestima,
depresión, stress, trastornos psiquiátricos...; otras veces nos encontramos
ante niños de carácter difícil, oposicionistas ante las demandas de los
adultos, o con niños con dificultades para controlar su agresividad... A veces
se trata de niños maltratados que se convierten en maltratadores (Echeburúa,
1994) a través de un proceso de aprendizaje por imitación, o de niños con falta
de afecto y cuidado. Otras veces se trata de niños que encuentran en la
rebeldía y en la conducta agresiva un modelo masculino de con- ducta (López
Jiménez, 2000).
En definitiva, los problemas de disciplina y
agresión pueden tener su origen en dificultades personales de los alumnos, que
en muchas ocasiones no son más que síntomas de situaciones conflictivas o
marginales de socialización, tanto para el niño como para el grupo social o
familiar al que éste pertenece. Por todo ello es necesaria una intervención
conjunta de la familia, y de psicólogos, educadores, servicios de orientación,
animadores sociales y otros profesionales para abordar la problemática de una
manera interdisciplinar y global.
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